Más difícil todavía

Hoy James, amaneció con uno de sus adorables ojitos azules medio cerrado por conjuntivitis.
Algo sin importancia en (casi) cualquier otro gato, hace que sudores fríos recorran mi espalda, porque el adorable Jimmy es uno de esos dulces gaticos que se trasforman en pantera cuando intentas manipularlos contra su voluntad.
Y es que, si os parece difícil darle una pastilla a un gato, es que no habéis intentado ponerle colirio a uno. 

Eso sí, a cabezota no me gana y más si su salud depende de ello, así que... aunque el niño tenga las carnes bien " apretás" y cueste agarrarle bien del "pescuezo", mientras con la otra mano intento sujetarle la cara, levantar un poco el párpado y poner el colirio, al tiempo que trato de retener el resto del cuerpo entre mis piernas.... tras varios intentos fallidos y gotas rodando por sus mejillas, por el suelo y por cualquier zona cercana, al fin una diana. Ya solo falta repetir a la noche y sobre todo cruzar patitas para que se recupere pronto.

Comentarios